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Consulta homeopática: No, no te van a leer el café ni la bola mágica

Si cada vez que alguien menciona la homeopatía, te imaginas a un señor con turbante sacando una bola de cristal, tenemos que hablar. Y no, en una consulta homeopática no te leen ni la bola mágica ni las hojas del café. Lo que sí hacen es escucharte, pero de verdad, no como cuando tu tía te pregunta "¿cómo estás?" y ya está esperando contar su historia.



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¿Y qué pasa en una consulta homeopática?

A diferencia de otros tipos de consultas médicas donde te preguntan tres cosas y te mandan con una receta, en la homeopatía te hacen un interrogatorio digno de serie policiaca.

"A ver, joven, ¿cómo duerme? ¿Y los sueños? ¿Le gusta el frío o el calor? ¿Le da ansiedad en las multitudes? ¿Cómo anda su digestón?"

Y así hasta que el homeópata pueda armar el rompecabezas de cómo funcionas física, emocional y mentalmente.


No es magia, es personalización

La homeopatía no da "pastillas para todos". Lo que le funciona a tu primo no necesariamente te funcionará a ti, porque cada persona tiene su propio cuadro de síntomas y reacciones. Por eso, te hacen tantas preguntas, porque el medicamento que te receten estará basado en ti, no en una etiqueta general.


El chiste es la historia completa

Tu homeópata no solo quiere saber qué síntomas tienes hoy, sino qué tan seguido te enfermas, cómo has reaccionado a otros tratamientos, qué emociones han influido en tu salud. Porque el cuerpo habla, nomás que hay que aprender a escucharlo.


Conclusión: Atrévete a probar

Si nunca has ido a una consulta homeopática, dale chance. No te van a leer el aura ni a ponerte a recitar mantras (a menos que quieras, claro). Lo que sí harán es verte como un todo y encontrar el remedio que mejor te ayude. Y eso, amigo, vale más que mil diagnósticos express.


Ahora dime, ¿ya has ido a consulta o sigues en el club de los desconfiados? Te leo en los comentarios.

 
 
 

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